La comparsa del Club Juventud Unidas, llegará a la pasarela para comunicar a través de su representación y su relato artístico que el Carnaval del País se aleja de sus tradiciones, para tomar el camino del narcisismo.
Desde el mes de mayo de este año los dibujos del proyecto de comparsa 2012 de Joaquín Arias comenzaron a materializarse en la tela y el las carrozas en el taller de Papelitos ubicado en Goldaracena y Montevideo.
La pronta definición de la temática y un ritmo de trabajo equilibrado a lo largo del año, permitirá a Papelitos salir con casi el 90 por ciento de la comparsa completa la noche inaugural del espectáculo, el próximo 7 de enero.
Arias a los 35 años muestra su madurez y estar a la altura de los obstáculos que hoy debe enfrentar el Carnaval, que es la falta de mano de obra, al ser un trabajo que no brinda continuidad laboral todo el año y al tener que comunicar su idea artística en la pasarela sin salirse del presupuesto asignado por la comisión del club de 2 millones de pesos para la temporada 2012.
Su corta carrera como director de comparsa tuvo un comienzo glorioso. En 2009 con “Corso Contramano” logró reencontrar a Papelito con la victoria tras once años.
Sus comienzos en la era del carnaval profesional fueron como director de carrozas en 1995 en Marí Marí, durante la dirección de José Luis Gestro.
Pero si bien disfrutó del dulce sabor de la victoria, a Arias, ganar es lo que menos le interesa cuando diseña su proyecto de comparsa, lo que más le interesa es la función social del Carnaval, la construcción del entramado social que esta actividad genera entre los trabajadores de los talleres y que la identidad no se pierda para seguir los designios del mercado.
Es ese sentir carnavalero, que en 2012, Papelitos intentará plasmar con sus 250 integrantes y sus cuatro carrozas.
“El tema trata sobre la función social del arte y sobre la definición del concepto puro del carnaval que no es el caso de nuestro espectáculo que ya está bastante deformado”, indicó.
“Nos referimos al carnaval como expresión más popular, como lo es en el Uruguay, o ciudades más pequeñas donde el espectáculo no se transformó en un negocio como sucede en nuestra ciudad”.
Arias quiere hacer en la pasarela una autocrítica de nuestro Carnaval, y hacer un llamado al reencuentro del arte como un “vehículo de expresión del colectivo imaginario”, agregó.
Un carnaval de cuerpos bonitos
“Nuestro carnaval es elitista, en la pasarela solo pueden salir los cuerpos lindos y es allí donde me refiero a la democratización del carnaval”, destacó.
“Vemos un narcisismo en el espectáculo donde se debe mostrar el cuerpo desnudo casi obligatoriamente en la pasarela. Hemos perdido creatividad y humor en el Carnaval, ese humor que lo tuvo siempre la Comparsa de Los Gordos, pero nunca la ciudad tomó esa expresión como arte sino que se lo tomó como una sátira vulgar.
Desde que me hice cargo de Papelito traté por todos los medios de que esta comparsa no perdiera la identidad del carnaval tradicional. Para esta temporada se sacaron 50 trajes, se estandarizó la carroza de los músicos y a los mismos participantes ya les cuesta llevar los espaldares pesados, los piden más livianos, quieren ir desnudos, que se le vea la cara y es hacia allí a donde se dirige el carnaval hacia el narcisismo, cuando los participantes tendrían que salir a divertirse como en el corso barrial. A mi el carnaval narcisista no me interesa para nada”.
Arias buscó al confeccionar su proyecto que la comparsa tenga un contenido, que se ajuste a la realidad social que tenga humor, que no sea refinado, “el carnaval tiene que ser grotesco y para poder lograr una sátira hay que trabajar con la realidad”, agregó.
“Las comparsas tienen que tener una función social, no solamente pensar en el tema monetario, como sucede con las murgas que tienen una fuerte función social”.
En tanto al referirse a las decisiones de los recortes que se realizaron desde la Comisión del Carnaval para ahorrar costos, el joven director dijo que: “Para mí a la Comisión Directiva del Carnaval le hace falta una asesoría artística en la parte creativa donde a los directores de comparsa, de carrozas y la gente que trabaja en vestuario ellos también puedan aportar ideas para mejorar la propuesta cultural”.
Con el tema “Fogón de Murgas” Papelito propone un espacio imaginario para que todos estos temas de discutan. “Proponemos la vuelta de lo lúdico del carnaval, que sea un foco de contención de los relatos y las nuevas formas de hacer arte. Queremos rendirle un homenaje al Carnaval auténtico y hacer un relato donde entra esta realidad de la vuelta del auténtico Carnaval”.
Los talleres
Los nuevos talleres de Papelitos están ubicados en calle Goldaracena y Montevideo, frente a la UP 2. Su galpón de unos 1000 metros cuadrados, ya le queda chico a una comparsa que le costó un enorme esfuerzo poder recuperar las instalaciones.
En 1999 un incendio se desató en los galpones que la comparsa tenía en Luis N. Palma y Av. Parque Alsina, allí se encontraban todas las carrozas, grupos electrógenos y por la cantidad de materiales inflamables, en pocos minutos la comparsa casi lo perdió todo. Las carrozas quedaron totalmente destruidas, la temperatura dentro del galpón fue tan alta que las estructuras de sostén del techo cedieron y las instalaciones quedaron inutilizadas.
A Papelito le llevó casi ocho años poder montar su nuevo taller para el armado de las carrozas, y luego poder concentrar la parte de los espaldares y vestuario en las mismas instalaciones como sucede con los demás clubes, menos Marí Marí que aún no logró concentrar todo en un solo lugar.
No obstante, el Club decidió seguir invirtiendo a mediano plazo en infraestructura, y ampliar la nave hacia calle Montevideo, para poder darle más comodidades a los trabajadores de la comparsa.
Pese a que ya comenzó la cuenta regresiva para el inicio del carnaval, los trabajos en los talleres no parecen tener un ritmo frenético. A esta altura el vestuario ya está prácticamente terminado, al igual que las carrozas, en la cual se le están haciendo los retoques finales. Todo indica que Papelito podrá salir prácticamente con el 90 por ciento de su comparsa terminada la primera noche.
FUENTE: EL ARGENTINO DE GCHU
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